El día empezó muy pronto y con cierta tristeza en el ambiente. Tocaba volver a España y eso se notaba.
Aún estaba amaneciendo cuando la tropa se puso a recoger cosas para posteriormente coger los vehículos y poner rumbo al aeropuerto. Había que devolver el coche, facturar, pasar controles, desayunar y embarcar. Todo esto antes de las 8:00, hora de salida del avión. En la facturación, una maleta de “añadido” casi causa duros estragos a uno de los viajeros. Finalmente no hubo mayor consecuencia.
Una vez en el avión, y antes del despegue, observábamos con curiosidad cómo echaban anticongelante a las alas de nuestro avión. Bien.
Este trayecto, a Oslo para hacer escala, fue aprovechado para que los integrantes del grupo pudieran pegar una cabezada e intentar recuperar alguna hora de sueño.
La estancia en Oslo esta vez sería más breve. O eso creíamos. Una huelga de controladores aéreos franceses hizo que nuestro vuelo, previsto para las 11:45, se retrasara alrededor de una hora. La estancia se aprovechó para que algunos se dedicaran a la compra de souvenirs y para un tentempié a base de los últimos fiambres. Esto amenizó un poco la espera en un aeropuerto en el que todo el mundo mantenía silencio. Pero no debemos ser parte de todo el mundo, ya que nuestra estancia en el aeropuerto fue con el murmullo y el vociferio que tanto nos caracterizan, además de la grabación de las últimas escenas del viaje. Y con migas, muchas migas. Otra vez, todo muy digno de cualquier escena mítica de nuestro querido Paco Martínez Soria.
Tras la larga e inesperada espera, por fin subimos al avión. Pero el destino nos deparaba una sorpresa. Un peculiar personaje con una gorra se puso nervioso y no quería volar. El elemento en cuestión había facturado: había que bajar su maleta. Total, perdimos turno en pista para el despegue… Finalmente, y ante muchas dudas de poder volver a España ese día, conseguimos despegar a eso de las 13:45.
Aterrizamos en Madrid alrededor de las 17:15, curiosamente sin tener que usar nuestro DNI desde la ida, en Madrid.
Nuestro viaje había concluido.