Etapa 3: New Orleans Parte 2 (09/11/2016)

Amanecimos en Nueva Orleans, así como tal cosa. No había desayuno incluido en el hotel, así que algunos decidieron ir a tomar algo mientras ibamos a dar una vuelta.  

Salimos dirección Mississippi y tras bordear un inmenso centro comercial, nos encontramos con la plaza de España. Esta plaza cuenta con el escudo de cada una de las provincias españolas y está justo al lado del Mississippi.

A unos metros había un barco de vapor, que usaba el propio vapor para emitir alegres melodías. El sonido era el típico sonido de carrusel de una feria. 

Posteriormente tomamos rumbo Canal Street, donde aprovechamos para hacer unas compras, entre ellas una camiseta de Road Trip. Además un par de miembros de la expedición decidió hacer una parada para desayunar en el MacDonnalds una especie de bollo dulce con tortilla y queso. No fue buena idea. 

Tras la parada en boxes, seguimos hasta llegar a Bourbon Street. La calle era muy larga y, por supuesto, había músicos tocando en la calle. 

En algunas tiendecillas de regalos de la zona aprovechamos para completar una colección de camisetas Road Trip para todos los integrantes del grupo. 

Posteriormente nos dirigimos a hacer un recorrido por el Barrio Francés. Allí visitamos un museo, The Historic New Orleans Collection. Estaba lleno de muebles, decoración, armas, vestimentas y demás elementos característicos de la época.

En el recorrido por el museo, que era gratuito, nos encontramos con varios amables guías. Uno de ellos tenía ascendencia canaria. Nos explicó por qué Francia había cedido la zona a España y su posterior recuperación por parte de los franceses. 

Seguimos pupulando un tiempo por las calles del barrio. Los que quedaban sin desayunar aprovecharon para comprar un magmático Café To Go y un bollito/croissant relleno de algo parecido a mazapán. Estaba bueno, a la par que denso.

Para finalizar el recorrido nos dirigimos a Jackson Square, donde una banda estaba tocando música en directo. Era increíble, no había ninguna calle sin música. 

Ya estaba entrando la tarde y era el momento de comer “el mejor pollo frito del mundo”. O así es como se presentaba el Willie Mae’s Scotch House. Fuimos caminando, pasando al lado del cementerio St. Louis, aunque en ciertos momentos no parecía una buena idea por el aspecto de la zona. Realmente daba miedo y no dábamos un duro por llegar vivos al destino. Posteriormente leímos que la zona del cementerio no era muy recomendable para pasear por allí pero finalmente llegamos sanos y salvos al restaurante. Increíble.

Por supuesto, pedimos pollo frito. Tenía un toque picante y estaba realmente bueno. Pero tal vez no sea el mejor del mundo. O sí. 

Al acabar ya no queríamos caminar de vuelta por el mismo camino, así que fuimos en Uber al Cafe Du Monde.

Aquí aprovechamos para tomarnos unos cafés muy calientes, como siempre, y unos Beignetes, que eran una especie de bollos con mucho azúcar. En el fondo eran parecidos a los churros.

Tras la parada en el café entramos por alguna tienda de los alrededores mientras nos acercamos al French Market. Aunque estaban ya cerrando casi todos los puestos parecía un sitio de visita obligada. 

Para acabar la ruta diurna, decidimos ir de vuelta al hotel dando un paseo al lado del Mississippi.

Encaramos el paseo, pasando de nuevo por la Plaza de España, y nos fuimos a descansar un rato.

Al caer la noche decidimos pasarnos por Frenchmen Street, que nos lo había recomendado la conductora que nos llevó por la tarde. Era una pena porque nos quedábamos con ganas de ver Bourbon Street de noche, pero así aprovechamos para ver una nueva parte de Nueva Orleans. 

Nos pasamos por un par de locales con ambiente genial y con grupos tocando en directo. Pasamos por esos, pero era difícil elegir porque la calle estaba lleno de ellos.

Era ya tarde y a la mañana siguiente comenzábamos el verdadero Road Trip. Habíamos disfrutado Nueva Orleans y teníamos nuestros nuevos uniformes de viajeros asi que era el momento de volver al hotel a descansar tras un largo día.