Tirando Millas

Etapa 7: Austin – Carlsbad (13/11/2016)

El día anterior fue grandioso, pero esta etapa iba a ser dura. Sabíamos de antemano que llegar hasta Carlsbad iba a ser pesado, muchos kilómetros y pocos sitios donde parar.

Nos pusimos en marcha sin madrugar en exceso, la noche había sido larga, y para empezar con alegría pusimos en el coche los grandes temas de la noche anterior, y como no, hubo que cantarlas a grito pelao. En alguna ocasión nos interrumpió la voz del gps a la que contestamos con todo tipo de improperios.

Para no perder mucho tiempo parando a comer decidimos aprovechar la parada para repostar y comprar comida para hacernos unos sándwiches en ruta. Necesitábamos un cuchillo o navaja para poder añadirle unas buenas rodajas de sabroso tomate americano, así que aprovechamos que en el supermercado había una sección de cuchillos,  navajas, arcos y flechas. Una dependienta se nos acercó para recomendarnos unas navajas a buen precio y ya de paso nos enseñó su cuchillo de despellejar, aunque también vale para defensa personal,  palabras textuales. 

Adquirimos también una nevera de corcho, unas cervezas (para los que no conducían) y un saco de hielo.

Con los víveres ya en el coche, y la nevera bien cargada en el centro del habitáculo seguimos la ruta. Rápidamente nos dimos cuenta de que tal vez no fue buena idea su posición, un inoportuno semáforo en rojo y la consecuente frenada brusca hizo volcar la nevera. El suelo del coche se llenó de hielos y de comida y tuvimos que parar para arreglar todo el desastre. 

Reanudamos la marcha con la promesa de una conducción más suave y una mejor colocación de la nevera hasta un “Picnic Área”. 

Allí preparamos y devoramos los sándwiches (el tomate no sabía a nada). También ocurrió un percance, a uno de los viajeros se le cayó al suelo su flamante iPhone con funda, y la pantalla quedó hecha añicos.

Continuamos la ruta disfrutando de los paisajes que se nos presentaban mientras con la ayuda de nuestros amigos en España buscábamos una Apple Store para reparar el iPhone. 
Vimos multitud de cosas, campos de algodón, casas de todo tipo, camiones, pick ups… Y hasta un coche con una cabrá de copiloto. 

Buenas noticias la única Apple Store de Nuevo México estaba en Albuquerque y estaríamos allí al día siguiente,  perfecto. 

El paisaje iba cambiando según avanzábamos, cada vez se tornaba más desértico y se iba poblando de pozos petrolíferos. 

Atravesamos la frontera con Nuevo México ya de noche y poco después llegamos a Carlsbad.

Carlsbad es una ciudad más bien de paso, lleno de hoteles y moteles, restaurantes de comida rápida y gasolineras.

Hicimos el check in en el motel 6, el que sería el peor alojamiento del viaje. Suponíamos que el sitio no sería muy allá al ser un motel de carretera, la realidad nos dio la razón con creces.

Cenamos en un Chillis, comida mexicana: burritos, fajitas y tacos. Muy bueno.

Dado que no vimos más sitios a donde ir decidimos tirar a la cama.

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